Creo que la virtud de la humildad se adquiere según las experiencias vividas tanto en situaciones positivas como negativas, las cuales nos ayudan en la construcción de nuestra personalidad; y, por lo tanto, será lo que transmitirá un equipo.
Desde estas experiencias hay entrenadores que llegan a conocer sus propias limitaciones y debilidades, lo que les llevará a actuar de acuerdo a este conocimiento. Por otra parte, encontramos a otros que se sienten más importantes o mejores que los demás, lo que sería la soberbia.
Cuando actuamos desde la humildad nos ayuda a avanzar en el camino sin despertar envidias y a no dejar vencidos en el mismo.
Los entrenadores debemos trabajar desde la humildad, basada en el trabajo bien hecho con nuestros jugadores y con el club donde estemos entrenando.
Siempre he pensado que el trabajo de un entrenador se ve cuando deja de dirigir un equipo, tanto para bien como para mal. Hay muchos, demasiados, entrenadores que se creen muy superiores, y cuando te piensas que eres superior no vas a ningún lado.
Creo en la autocrítica constante en nuestras acciones para conseguir ser más fuerte, siempre debemos aspirar a hacer mejor las cosas.
“Donde hay soberbia, habrá ignorancia; pero donde haya humildad, habrá sabiduría.” Rey Salomón
