Supongo que deben ser el paso de los años y, por lo tanto las vivencias como entrenador que voy experimentando. Las personas tenemos la tendencia natural a saborear las victorias del marcador, especialmente cuando se ganan partidos, porque no seamos hipócritas, a todos nos agrada vencer al equipo rival.
Particularmente, cada vez más, valoro el proceso para ganar, es decir el cómo ganamos, el que nos lleva a ganar, en definitiva que sentimos cuando se consigue que tu equipo gane.
A nivel de formación he vivido algunas situaciones en las que me he emocionado cuando los jugador@s han logrado el objetivo del proceso. Desde equipos que han competido para obtener una plaza en una categoría superior hasta los que han estado trabajando para ganar un partido después de haber perdido muchos seguidos.
En las dos situaciones me ha emocionado ver sus caras al finalizar los partidos en los que han conseguido el objetivo de resultado. Ver sus caras de satisfacción, alegría, llorar, saltar, abrazarse, etc.
Cuando veo todo esto, me emociono y alguna de las veces he llorado de satisfacción al ver a personas que han trabajado duro, persistido, progresado.
El cómo gestionamos estas emociones será un punto diferencial para continuar en el crecimiento formativo de los jugador@s.
“Siembras un pensamiento, cosechas unas acción. Cosechas una acción, siembras un hábito. Siembras un hábito, cosechas un carácter. Siembras un carácter, cosechas un destino “.
I’M AFRAID TO JUMP: JUMP !!!
