Normalmente cuando hablamos de las características de un jugad@r, solemos hacerlo de sus capacidades técnicas ofensivas y defensivas, del trabajo físico, de sus hábitos.
Pero, ¿y el deseo?
El deseo para mejorar, no para ser mejor que nadie, sino de progresar contínuamente, el afán para conseguir unas mejoras condiciones técnicas, físicas y emocionales.
Porcentualmente, ¿qué tanto por ciento, le pondríamos al deseo? Creo que el porcentaje de los jugador@s que consiguen jugar a un gran nivel, es mucho mayor que el de los que no lo consiguen.
¿Cuántos jugador@s hemos visto con unas capacidades extraordinarias y, que no llegan a jugar a un alto nivel? Y a la inversa, ¿cuántos con menos condiciones, lo han conseguido?
La manera de pensar depende del hábito, hay que piensan lo mismo todos los días y, otros piensan en seguir mejorando, en concentrarse y pensar en cómo hacer que todo sea mejor día a día; en desear conseguir ser mejor.
No tengo ninguna duda, que las mejoras diarias producirán unos resultados duraderos.
“El precio de la grandeza es la responsabilidad sobre cada uno de tus pensamientos.”
Winston Churchill
I’M AFRAID TO JUMP: JUMP!!!