“Los hábitos sociales son a su vez todos aquellos que se refieren a las distintas costumbres que forman parte intrínseca de un grupo, de una cultura, de una sociedad.” Julián Pérez Porto
Normalmente, los entrenadores hablamos de técnica, táctica, estrategia, preparación física y un poco, aunque cada vez más, de los aspectos emocionales de los jugador@s y también de nosotros, los entrenadores.
Pero el baloncesto está jugado por personas, por lo tanto, el lado humano del mismo, es esencial. El desarrollo de buenos hábitos sociales y morales, es imprescindible para poder desarrollar un trabajo técnico-táctico más eficiente.
El hábito está asociado a una costumbre o una determinada rutina, que la adquirimos a partir de la repetición. Por lo tanto, normalmente los buenos hábitos y comportamientos de los jugador@s llevan a un aprendizaje contínuo.
Estas rutinas a veces que coinciden con las que el jugad@r tiene fuera del ámbito del baloncesto y, otras no tienen nada que ver, por lo tanto, tenemos un conflicto.
Creo que es muy complejo crear buenos hábitos técnicos, si antes no establecemos unos sociales y morales. La complejidad se incrementa si el entorno de los jugador@s, no nos ayuda.
El entrenador debe ayudar al jugad@r a desarrollar unas rutinas que le permitan adquirir unas conductas, no solo un día sí y el otro no; sino que se mantengan en el tiempo.
Evidentemente, para adquirir estos hábitos es necesaria la motivación del jugad@r, si el jugad@r no está motivado, no atenderá; y sino atiende, no los adquirirá.
Nosotros debemos exigir: puntualidad, respeto por los compañeros y entrenadores, atención, orden, control, límites, concentración. Como entrenador quiero que el jugad@r crezca como individuo, lo que repercutirá en el equipo, sin la adquisición de unas buenas conductas sociales y morales, nos será muy difícil adquirir una buena conducta técnica.
“Sí, necesitamos que las reglas se cumplan…si los jugador@s no cumplen las mismas, nos tendremos que encargar de ello.” Scott Skiles
I’M AFRAID TO JUMP: JUMP!!!
